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Saliendo del clóset al estilo checo (eslovaco)Revista Umělec 2007/301.03.2007 Zuzana Štefková | Teoría | en cs de es |
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“¡Infeliz!, ¿Cómo puedes entregarte a tus instintos?”, dice en francés un hombre viejo con la cara ensangrentada a un joven, también bañado en sangre, que se aleja de él, moribundo y a rastras, a través de un jardín. “Meter tu pito en un coño apestoso y chorreante… ¡Después de eso se te caerá!”. Sin siquiera levantar la voz, prosigue con su insólita afirmación: “Nunca podrás descubrir esa delicadeza que llevas dentro dándotelas de macho.” Así es, más o menos, la escena del vídeo de Marek Ther, I´ll get you out and chop you up midair (2007), presentado este año en la Praguebienale 3. Hasta hace poco, para el espectador promedio, el arte de género en la República Checa era homoerótico sólo en alusiones o amagos; quizá vídeos como este den pie para que muchos más artistas salgan del clóset.
El artista (o la artista gay) tiene solo tres posibilidades de compaginar su orientación sexual con la dedicación al arte visual. La primera es ocultar sus preferencias sexuales y de ninguna forma manifestar en sus trabajos su alejamiento de la norma heterosexual. La segunda es no disimular en la vida privada la homosexualidad pero no reflejarla en el arte. La tercera posibilidad es de quienes juegan con las cartas abiertas en la vida privada y en la creación, aunque los artistas que optan por ésta sean la excepción a la norma en el contexto checo y eslovaco. Debido a la persistente discriminación y la tradicional consideración de la homosexualidad como patología, (visión cuestionada en la antigua Checoslovaquia sólo después de la caída del régimen comunista) no sorprende que algunas obras cifren el deseo homosexual en un lenguaje dirigido solo a los iniciados. El espectador no suele tener la información necesaria y por tanto pasará por alto los indicios más o menos legibles. Podríamos citar como ejemplo un vídeo anterior del mencionado Marek Ther, What America gave me (1999) en el cual el autor, con peluca puesta, los labios pintados de rojo y un collar de perlas al cuello, se ve recostado en un juego de sábanas que emulan la bandea de los Estados Unidos al tiempo que se hace mimos fetichistas con un par de botas altas que lleva en las manos. La obra es un homenaje personal a Andy Warhol y María Callas, cuyas fotos pegó en las suelas de las botas, y a la cantante Nina Simone, de quien tomó prestada la canción Ne me quitte pas, originalmente interpretada por Jacques Brel. Los rostros en las fotografías dan una clave acerca de la afirmación en el título de la obra pero, para el espectador tal vez no son identificables; es probable que éste no advierta la identidad usurpada de María Callas, insinuada por el collar, la peluca y el maquillaje, al igual que la alusión a los experimentos de Warhol con los “disfraces” de la identidad genérica. El juego entre géneros es el eje de la pieza, lo cual se nota incluso en la música, original de Brel, interpretada por Simone. El trabajo del Radim Labuda, artista eslovaco activo en la República Checa, también utiliza sutilezas de género. En la pieza de título Somebody (2003), la cámara recoge dos rostros, o más bien bocas, entre las que se extiende un hilo de miel. La toma queda recortada, no estando claro el sexo de los protagonistas, pero el espectador presupone casi automáticamente que se trata de una pareja heterosexual, aunque en realidad se trate de dos hombres. El elemento musical también ayuda al juego ambiguo, la homónima balada amorosa de Depeche Mode, escrita por un miembro homosexual del grupo, Martin Gore, (en la que Labuda sustituyó el pronombre femenino “she” por su variante masculina) contribuye a configurar la significación cabal de la pieza. Al alterar la canción original, Labuda corrige el sentido de la misma, balanceándola con la legibilidad visual y acústica, que pone de manifiesto la naturaleza homoerótica de su obra. El fotógrafo eslovaco Peter Janáčik es uno de los primeros artistas abiertamente gay que asumieron el cuerpo masculino y las relaciones sentimentales entre varones como tema central. El catálogo de la muestra llamada Fata Morgana contiene fotografías de jóvenes, muchas veces casi muchachos, junto a fotografías de cosas abandonadas y stills de televisión que retratan a varones en situaciones de matiz erótico. Los retratos y torsos de Janáčik se apoyan en la tradición de fotografía de desnudo en blanco y negro y del retrato masculino, pero, a diferencia de éstos, subrayan la vulnerabilidad de los modelos, su ternura y languidez amorosa. Los planos de televisión fotografiados, como Passion II (2000), constituyen un planteamiento menos tradicional y plantean nexos psíquicos entre varones que no se limitan a la atracción erótica. Sin la relación narrativa original, las fotografías aisladas de Janáčik pasan a ser imágenes icónicas de consonancia, éxtasis y dolor. Las posturas vulnerables de los modelos de Janáčik tienen raíces en el desnudo homoerótico o, mejor dicho, los desnudos que suelen atraen a la comunidad homosexual. En concreto, los brazos levantados, cruzados detrás de la cabeza en la fotografía Mille de fleurs (2001) recuerdan a San Esteban quien, merced a su belleza y martirio, pasó a ser el predilecto del público gay. El desamparo y la desnudez del santo enternecieron y excitaron a generaciones enteras, mientras las flechas que causan el suplicio y el éxtasis religioso recordaban al público iniciado, el sufrimiento y el gozo relacionados con el deseo del mismo sexo. La fascinación por el martirio, si bien en un contexto un tanto irónico, viene asociada al vídeo de Radim Labuda Push the Button (2006) en el que la mano de un hombre en esmoquin acaricia voluptuosamente un bronceado torso masculino ceñido por un cinturón con explosivos. El “botón” en el título del vídeo se refiere a la secuencia en la que el hombre invisible (encarnado por el autor) juguetea con la tetilla del “terrorista”. El vídeo alude simultáneamente a varios tabúes políticos y eróticos. La presentación del cuerpo del terrorista en un contexto (homo)erótico supone toda una provocación, tanto para los adversarios como para los partidarios de los atentados suicidas. Si para unos es inadmisible la inclusión erótica del cuerpo del fanático, para otros lo es la profanación de la idea del martirio. El juego puede funcionar como una metáfora política que contrapone la mano acariciadora que representa el mundo occidental blanco, de orientación secular y abierto al deseo homosexual, al exótico cuerpo desnudo y bronceado oriental del “mártir” resuelto a autodestruirse en aras de ideales preconizados por autoridades religiosas que no ocultan su repudio a la homosexualidad. Esta nueva formulación de la relación entre “nosotros” y “ellos” contiene una alusión a la erotización del Otro, tan popular en las escenas románticas de los harenes; A su vez, es insólita al concebir el objeto del deseo como masculino y al introducir en el flirteo con el Otro el aspecto del peligro, visualizado en el cinturón con el explosivo, que realza la significación del gozo obtenido. La conexión del erotismo y la muerte (Bataille) desempeña un papel esencial en el vídeo Hanes (2007) de Marek Ther. La cámara sigue al comisario que examina los cuerpos ensangrentados de dos jovenzuelos en torno a los que corretea, confuso, un perrito. Posteriormente, el espectador sabrá por los subtítulos que transcriben una conversación telefónica, que los dos jóvenes vivían juntos, pero tan solo podrá conjeturar la causa de su muerte. ¿Se trataba de un doble asesinato, o de un asesinato y un subsiguiente suicidio? La ropa interior sanguinolenta, examinada en detalle por la cámara, sugiere sadismo, pero más que referirse a Sade, quien define el asesinato como cúspide de la excitación sexual, el planteamiento de Ther se refiere a lo que Bataille designa como el deseo de continuidad de dos seres separados. En este nexo, la muerte es lo que hace posible la unión: “Si la unión de dos amantes es el resultado de la pasión, atrae la muerte, el deseo de asesinato o de suicidio.” Mano a mano con la erotización, se produce la estetización del cuerpo muerto. La sangre contrasta con la ropa interior y los calcetines blancos, el dormitorio donde yacen los muertos se ve perfectamente aseado y todo parece dispuesto para que nada pueda desviar la mirada de los dos cuerpos-objetos. Dicho con las palabras de Sarah Kent, que compara los cadáveres bellos en la historia del arte con el principio del funcionamiento de la representación pornográfica: “El modelo deviene (…) un artilugio rectificado que el espectador puede dominar síquicamente y soñar en fantasías propias; el hombre pasa a ser un títere, una muñeca, un objeto en el que cualquiera puede proyectar sus fantasías sexuales…” En este caso, el cuerpo es erótico precisamente por la ausencia de voluntad propia que garantiza la impunidad simbólica a la mirada del espectador. Junto a estas representaciones, a primera vista, exacerbadas del deseo homoerótico, también aparecieron otros intentos de recalcar la orientación homosexual “en primera persona”, están por ejemplo, las explícitamente eróticas fotos instantáneas que recogen la vida en pareja, obras de Mikuláš Rittstein (estudiante de Vladimír Skrepl en la Academia de Bellas Arte de Praga), las variaciones sobre un desnudo masculino clásico con algún ingrediente de tensión erótica y un deje de fotografía de moda en la versión de Martin Kámen (cursante del estudio de Veronika Bromová en la misma entidad) o la parodia homosexual rudamente irónica del grupo musical y artístico de Ostrava, I love 69 popgays, cuyos integrantes, según su propias palabras, tienen una orientación sexual difusa. Por otra parte aparecieron obras que rompen con la imagen del deseo homosexual extremo u ostentosamente estetizado. Entre estos intentos esporádicos de “normalizar” la representación de la relación homosexual figura el vídeo de Radim Labuda Martinů Reloaded (2003) donde dos hombres, uno trajeado como un ejecutivo y el segundo, desnudo, se limpian los dientes frente al espejo en un cuarto de baño. Acompaña este vídeo la música de Bohuslav Martinů que crea una extraña tensión, debido al contraste con la banalidad de la escena representada. Labuda no subraya en este vídeo el deseo erótico sino la realidad cotidiana de la vida de dos hombres en pareja (representados por Labuda y su compañero), al tiempo que la comenta irónicamente por medio de la música “inapropiadamente” dramática. Desajuste que alude precisamente al tema de la “normalidad” y su reevaluación. Este último planteamiento del problema de la identidad homosexual, basado en la puesta en evidencia de los aspectos cotidianos en la relación de pareja, nos impone una interrogante respecto del posible desarrollo y la reflexión de este tema. Los artistas gays checos, incluyendo a los aquí comentados, subrayan con frecuencia su aversión a etiquetas y lecturas unidimensionales de su obra. En este contexto, la representación “banal” y, en principio, cualquier otra representación de las relaciones homosexuales que impugne los clichés predominantes, aparece como una vía posible hacia la eliminación de prejuicios en la sociedad y la superación de actitudes estereotipadas al interpretarse la obra de arte en base a la orientación sexual del autor. Dicho con otras palabras, cuando la representación del deseo homosexual sea percibida con la misma neutralidad que la del deseo heterosexual, tal vez la forma selectiva de lectura aplicada en el presente texto pierda el aire de estigma. Sólo podemos conjeturar las posibles, y muy diversas maneras de representar el deseo homosexual pero ya desde ahora queda claro que un par de páginas de un texto no serán suficientes.
01.03.2007
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04.02.2020 10:17
Letošní 50. ročník Art Basel přilákal celkem 93 000 návštěvníků a sběratelů z 80 zemí světa. 290 prémiových galerií představilo umělecká díla od počátku 20. století až po současnost. Hlavní sektor přehlídky, tradičně v prvním patře výstavního prostoru, představil 232 předních galerií z celého světa nabízející umění nejvyšší kvality. Veletrh ukázal vzestupný trend prodeje prostřednictvím galerií jak soukromým sbírkám, tak i institucím. Kromě hlavního veletrhu stály za návštěvu i ty přidružené: Volta, Liste a Photo Basel, k tomu doprovodné programy a výstavy v místních institucích, které kvalitou daleko přesahují hranice města tj. Kunsthalle Basel, Kunstmuseum, Tinguely muzeum nebo Fondation Beyeler.
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