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Landings: un corte limpioRevista Umělec 2007/201.02.2007 Marisol Rodríguez | Reseña | en cs de es |
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Perhaps, after all, America never has been discovered.
I myself would say that it had merely been detected. Oscar Wilde, 1891. La ciudad de Santiago de los Caballeros se pierde en medio de la Sierra Central de República Dominicana, hundida entre cerros y montañas, framboyanes y platanales. La población se divide entre los dominicanos mulatos y los mestizos, aquí nadie es negro (en vez de negros, se les dice “morenos”), toda influencia africana es escondida bajo un velo de eufemismos que casi logran ocultar cualquier dejo genético; para las mujeres, su herencia es su maldición, su cabello, naturalmente rasta es alaciado, amarrado y tratado con lejía hasta que cualquier rastro de rizo desaparece. No se puede pedir trabajo, o asistir a éste, con el cabello al natural. La idiosincrasia latina, específicamente América Central, el Caribe y América del Norte (México), está determinada, de raíz, por el pasado. La Conquista, comenzada a finales del siglo XV en gran parte del continente, conllevó, como toda conquista, un ataque cultural en el que gran parte de las tradiciones originales de los pueblos prehispánicos se perdieron; la religión y la concepción cosmogónica como aspecto central en la vida de las comunidades y como eje central de la postura de cada pueblo en su propio universo, desapareció. Las secuelas de este vacío inconsciente son evidentes hasta el presente; la desconfianza hacia los demás e incluso hacia uno mismo, el “malinchismo” y la certeza de pueblos enteros de que el progreso nacional depende no del esfuerzo colectivo, sino de una fuerza exterior, motor omnipotente representado en la mayoría de los casos por Estados Unidos, o, en su defecto, por la Unión Europea. En el plano a que hemos de dedicarnos en este artículo, la derivación de este mismo prejuicio es sutil pero bien sabida por, no solo el y los circuitos que manejan el arte en el continente, sino también por el público que en general se inclina a pensar que la producción europea es no solo superior sino, infinitamente más vasta y significativa que la de América Latina o, en el otro extremo, en un afán ridículamente nacionalista se piensa que el arte “nacional”, debe cultivarse a pesar de sus inconsistencias, lo cual nos lleva a sobrevaluar y a –a pesar de proclamar la urgencia de nuevos talentos- perpetuar a los mismos artistas, los cuales, paradójicamente, rara vez triunfan originalmente en sus países, el triunfo siempre viene de fuera y una vez que se logra conlleva la aceptación y absoluto alabo del circuito local. En este contexto es que se inaugura la tercera de diez ediciones que tendrá landings , proyecto comisariado por Joan Duran, artista y diplomático de Belice (nacido en Barcelona, 1947) que por más de tres décadas batalla para el desarrollo cultural de su país y la región, en donde se pretende, precisamente, desmentir cada uno de los prejuicios anteriores, a la vez que se muestra, paso por paso, la evolución de un colectivo de artistas emergentes, escogidos y orquestados por el comisario, provenientes, hasta el momento, de Belice, México, Honduras, Trinidad y Tobago, República Dominicana, Aruba, Costa Rica, Cuba, Nicaragua, Haití, Guatemala, El Salvador y Panamá. Creado originalmente en Belice, landings aspira a la hibridación de las culturas e identidades actuales bajo un espíritu de colaboración, celebración, cuestionamiento y exploración. landings se desarrolla en contextos regionales e internacionales, transmitiendo una multiplicidad de mensajes a través de su formato indagatorio apostando por la realización de obras –en su mayoría- in situ. landings 1: Conkal, Yucatán, México. landings 2: Mérida, México landings 3: Santiago de los Caballeros, República Dominicana landings 4: San José, Costa Rica landings 5: Nueva York, EE.UU. landings 6: Washington D.C., EE.UU. landings 7 y 8: La Habana, Cuba landings 9: Barcelona, España landings 10: Badajoz, España Con lapsos de entre 1 a 8 meses entre cada edición, landings es un proyecto maratónico en el que cada una de las obras es pensada en función de un contexto amplísimo que abarca las peculiaridades del entorno de cada artista y las características específicas de cada uno de los espacios en donde se van a exponer las obras; como ejemplo podemos ver landings 2 –enero 2006-, realizado en una ex escuela primaria, rescatada del abandono para albergar las obras de estos artistas jóvenes que en ese entonces cubrían un rango de edad de entre 22 y 37 años y en donde era imposible ignorar el elemento de sorna y denuncia a las instituciones de educación de Latinoamérica patente en las obras de Anyelmaidelin Calzadilla, La oportunidad de negar, en la obra de Samuel + Alexis, -781006/771129 o en la obra de Vanessa Rivero 20milen20años, además de otras igualmente evocativas como Memory Machine de Gema Ríos en donde una máquina expendedora de dulces es modificada para ofrecer al cliente-espectador pequeñas bolsas que contienen camisetas de uniformes escolares con escudos de diversas escuelas, calcetines, faldas y otros artículos de vestir que casi todos los que fuimos a la esuela primaria en México tuvimos que usar. En este caso, el espacio es el Centro León en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, un centro cultural de primer nivel enclavado en una ciudad en donde la cultura esta casi totalmente permeada por el reggaeton, el bling bling y el culto a los autos “enchulados”, su sala de exhibiciones temporales ha sido pintada totalmente de negro y en el centro se alza una caja de madera de unos 25 metros cuadrados que alberga el videobox, espacio que exhibe en loop 20 videos de entre12 segundos a un poco más de un minuto de duración de 10 artistas del mismo grupo. 17 piezas sobreviven alrededor de este videobox, casi todas realizadas para existir en el piso, en condiciones de iluminación mínima y todas con un leitmotif, que al igual que en las pasadas ediciones de landings se presenta como una suerte de eje que guía la dirección conceptual de la exposición como un todo. En este caso, tal leitmotif es la recurrencia de objetos de nuestra cotidianeidad, de la vida doméstica; desde Home de Vanessa Rivero, los granos con que fue hecha la obra Alerta Roja de Lucía Madriz, la radio de manufactura soviética –reliquia cubana, testigo de revoluciones, progresos, bloqueos y decadencia- en Comunicado de Anyelmaidelin Calzadilla o incluso en Tímpanos de Adán Vallecillo, sin embargo, más allá de semejante obviedad, toda esta exhibición pareciera girar en torno a obsesiones, fobias y angustias desarrolladas en ámbitos comunes, presentadas de formas sutiles pero sin duda, perturbadoras. En este sentido podemos leer la obra de Yasser Musa co-lab-oration # 1: Mouses (Brad and Domingo), consistente en 300 pequeños ratones de madera tallados a mano por Domingo y Brad, amigos de Yasser, actualmente presos en una prisión beliceña. La disposición de los ratones se basa en una serie de pesadillas que sufrió Musa en las que cientos de ratones entraban por las ventanas de su habitación, subían a su cama e invadían todo, sin que éste pudiera hacer más que observar. Esta es una de las obras más agresivas para con el espectador ya que dada la iluminación y el peculiar acabado brillante de cada ratón da la impresión de que más que una instalación fuera una especie de escena congelada de algo sumamente real que en cualquier momento puede regresar a su estado activo. Es también sobresaliente la obra Home de Vanessa Rivero en donde combina elementos que aunque anacrónicos conservan en toda América simbolismos muy específicos; Un colchón de tamaño “matrimonial” cubierto por una sábana perfectamente blanca presenta al centro un bordado, un imagotipo que representa a los dos sexos, femenino y masculino que han de compartir el lecho, debajo de este se lee HOME, sin embargo, el bordado no está hecho con el típico hilo de algodón y ciertamente no tiene bordada ninguna de las florituras tradicionales de los antiguos ajuares que se elaboraban en el círculo femenino de cada familia previo al casamiento de una de sus féminas, de hecho, la imagen esta formada con alfileres, elemento ambiguo que puede representar tanto la dedicación de la mujer en dichos matrimonios (misma dedicación que entrega la artista no obstante cualquier cantidad de picaduras en las manos) como la agresividad y la exigencia que se le tenía, y aún tiene de conservar una sexualidad “pura” hasta el matrimonio, la sábana blanca es sin duda otro elemento que evoca tradiciones diversas en donde se exige esta misma pureza para con la mujer, más no para con el hombre. No pretendo describir cada una de las obras, sin embargo lo he hecho con las 2 anteriores y lo haré con la siguiente porque me parece que en conjunto completan este círculo temático en el que el espectador tiene una gradación en la intensidad de la experiencia por la naturaleza y ubicación misma de las piezas; Con co-lab-oration # 1: Mouses (Brad and Domingo) el espectador tiene un impacto muy agresivo, un golpe que lo obliga a imaginarse cualquier cantidad de escenas desagradables, o incluso agradables, a reflexionar con la naturaleza de la motivación perturbada del artista, sin embargo esta agresividad deviene sorpresa y desconcierto al ver las siguientes 5 obras que si bien plantean interrogantes y retos claros para el espectador -en Bang-Bang, Gema Ríos presenta un sillón tapizado en rojo, con dos pistolas bordadas, rodeadas de dorados ornamentos; en el asiento se le ordena al espectador TÓMESE UN DESCANSO. Al sentarse, se activa un circuito que escoge una frase al azar que, curiosamente, algunos espectadores sienten como propias, por ejemplo: Usted merece un descanso- no tienen la misma fuerza casi poética de estas 3. La siguiente es Encuentro de Poderes de Patricia Castillo, artista dominicana que usa cientos de bolsas rectangulares llenas de agua –idénticas a las que se venden en las calles del país, solución barata para el eterno calor- y las utiliza como un lienzo en el que proyecta, desde el techo, una filmación de olas, aunado esto al audio, perteneciente también al ir y venir del mar en la costa dominicana; con esta pieza, Patricia logra una combinación perfecta entre experiencia visual, auditiva e incluso táctil dadas las texturas que se crean al combinarse 3 medios de representación. Es innegable la sensación de confort que el espectador experimenta al caminar frente a esta obra y es que uno puede tratar de interpretar el sentido de encerrar el agua, las bolsas, el plástico, tratar de leer esto como una denuncia ecológica o de otras mil maneras, sin embargo resultaría infructuoso pues tal vez lo más importante aquí es que se logra algo que rara vez se ve en una exhibición de arte contemporáneo, emergente, conceptual o cual etiqueta quiera ponérsele, aquí el espectador tiene una experiencia estética aunada con una artística, en esta pieza se vinculan los planos semánticos y pragmáticos de una manera increíblemente amigable para con el espectador, la artista los lleva a vincularse emocionalmente con su pieza de una manera tan contrariamente posmoderna que asusta, y es que pareciera que landings pregunta, y no sólo pregunta sino que reta a cualquiera que se atreva a contestar, ¿es el arte actual capaz de combinar la energía del modernismo con el cinismo del postmodernismo? ¿Es posible superar los títulos, los prejuicios, los traumas históricos adquiridos y fomentados durante siglos? ¿Se puede tener un colectivo de artistas de pasados y contextos tan diversos y hacerlos divergir en puntos esenciales de una experiencia artística y estética común? landings no pretende responder estas preguntas ni pretende dar verdades universales, esta campaña casi militar tiene como uno de sus fines demostrar que el arte latinoamericano no gira solamente en torno a los mismos temas trillados y demuestra que su manufactura es impecable, a la altura de cualquier museo o colección de prestigio, sin embargo puede que después de tan desgastantes meses para ambos, artistas y curador, lo más gratificante sea que cuando la sala se abrió a uno de los públicos más diversos que se hayan visto en una galería -desde los empleados de intendencia hasta los curadores de antaño del país –mismos que aun antes de ver la exhibición la descalificaban por pretenciosa- pasando por cocineros, peinadoras de los negocios locales, especialistas en artes visuales, arquitectos, meseros, o el representante mismo de la reputada familia León, un octogenario poco acostumbrado al arte conceptual pero absolutamente fascinado con esta exhibición- cada uno reaccionó a las obras reflexionando de verdad en torno a los significados y a las experiencias, admirándose ellos mismos de que pudieron ser sorprendidos y sacudidos del marasmo en el que usualmente viven a través de una exhibición que no podían creer fuera de manufactura local. Esto es landings, ese corte de navaja limpio, exacto, mortal y definitivo.
01.02.2007
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