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Psicogeografía — urbe, utopía y mapasRevista Umělec 2005/301.03.2005 Denisa Kera | Psicogeografía | en cs de es |
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La mancha casual en el mapa de Seúl en la invitación a la inauguración del grupo de artistas surcoreanos Flyingcity que exhibió su arte psicogeográfico en la galería Display abre el espacio a interrogantes. ¿Cuál es el origen de la mancha? Sea dramático, si se trata de sangre, o completamente banal, si se debe al café, la forma en el mapa delimita y configura un nuevo territorio. El mapa oficial de la ciudad queda recubierto por el “mapa” de una historia personal que nos invita a emprender un viaje y averiguar, pero ¿qué tienen en común los lugares recubiertos por la mancha? ¿Cómo se produce el solapamiento de la historia personal con la historia de la ciudad? ¿De qué manera podemos buscar la huella de historias individuales y/o colectivas en la ciudad? ¿Dónde hallaremos en la ciudad una mancha similar, un conjunto urbanístico casualmente creado que sea el resultado de una catástrofe ignota o un acontecimiento totalmente olvidado?
La psicogeografía es un tipo de investigación urbana pero también de entretenimiento que nos da la posibilidad de vivir los lugares familiares de una nueva manera, modificar la rutina y los hábitos cotidianos y hacer de un simple paseo por la ciudad una performance artística. Su punto de partida es la crítica del funcionalismo y del urbanismo de los años cincuenta y sesenta por parte de los artistas y los pensadores vinculados con el movimiento de la “internacional situacionista”. Opone los experimentos y el juego a la unificación y a la racionalización. Su inspiración original sería muy probablemente la figura del flâneur urbano, tal como lo describe Walter Benjamin en el estudio sobre Charles Baudelaire, pero también otras descripciones de la ciudad por Thomas de Quincey, los paseos nocturnos de Charles Dickens por Londres, etcétera. Para el escritor del siglo XIX, la ciudad es un “topos” significativo que tendemos a pasar por alto como todo lo demasiado cercano y familiar. Los mapas y la interpretación de la realidad La psicogeografía y los experimentos relacionados con la ciudad recibieron nueva vida en los últimos años merced a las tecnologías digitales. Los proyectos actuales muchas veces resuelven la relación entre el espacio “virtual” y el “real” como relación entre el mapa y el territorio. No cabe duda que las modificaciones del mapa aportan una visión y una relación completamente nueva respecto del territorio pero también la libertad de inventar y buscar mapas nuevos. Las tecnologías digitales favorecen los proyectos de visualización que modifican por medio de mapas “nuevos” nuestra visión de la “realidad”. No debiéramos olvidar que los mapas siempre han servido como instrumentos ideológicos de identificación con la división existente del mundo que nunca es neutral ya que siempre apalanca diversas aspiraciones nacionalistas y políticas. Por eso los mapas medievales presentan el mundo con Jerusalén y la Iglesia en el centro, mientras que los mapas renacentistas, como el de Mercator del año 1569, ubican en el centro el Atlántico y reflejan los intereses de los navegantes y los colonizadores. Incluso hoy, el mapa de Mercator es nuestro “propio” mapa según el que nos orientamos manteniendo la impresión de que Europa y Norteamérica siguen siendo el centro. Sin embargo, la ubicación dominante y el tamaño respectivo tergiversan la realidad. La relación entre el mapa, la historia y el territorio guarda mucho parecido con la relación entre lengua, interpretación y realidad. Las visualizaciones relativas a las tecnologías digitales facilitan un nuevo modo de definir los mapas y las representaciones corrientes del mundo que determinan nuestra orientación y nuestra actuación. El objetivo de juegos similares con los mapas, que podemos considerar como una suerte de crítica política y artística, es demostrar que ninguna representación del mundo y ninguna tecnología son neutrales, sino que encubren diversos intereses. A ello se oponen mapas personales originales que presentan la realidad de una manera nueva e insólita, obligándonos a reconocer las reivindicaciones de grupos y entidades que no nos llaman la atención en los mapas corrientes. Son proyectos de este tipo, por citar algunos ejemplos, They rule de Josh Ono http://www.theyrule.net/, diversos mapas y diagramas conspirativos del grupo de artistas franceses Bureau d´études http://bue-raudetudes.free.fr/, mapas que confrontan e interconectan el mundo virtual y real en los proyectos http://www.logicaland.net, http://www. myzel.net/geomorph, http://www.minitasking.com, mapa splurales y subjetivos de diversas ciudades, como el proyecto brasileño http://www.lucialeao.pro.br/pluralmaps o el austríaco http://-futurelab.aec.at/wegzeit/ y varios otros. Algoritmos psicogeográficos La psicogeografía es fundamentalmente un proceso de formación para saber crear tales mapas y “descubrir” nuevos territorios. Si bien la psiogeografía original había tenido predilección por experimentos que consistían en recubrir los mapas de dos ciudades o por pasear siguiendo una determinada forma geométrica, un aroma o utilizaba de forma inusitada nuestros sentidos y nuestra orientación, hoy día se extiende la llamada psicogeografía “algorítmica”. Paseos similares utilizan un algoritmo previamente determinado y, en algunos casos, un algoritmo generativo y aleatóricamente cambiante. Los algoritmos están en base de las tecnologías digitales pero también rigen en forma de reglas la edificación de ciudades o el funcionamiento de la sociedad. El ideal funcionalista de la economicidad no es siempre el factor conducente a una determinada organización del espacio o del movimiento en diversos lugares; también tienen su rol las limitaciones impuestas por los medios de transporte o las costumbres de los habitantes. Un papel corresponde también a nuestros algoritmos individuales, relacionados a nuestro propio movimiento por la ciudad, una suerte de mapas interiores que hemos configurado para unir y relacionar los lugares donde trabajamos, donde nos divertimos y donde residimos. Los algoritmos psicogeográficos tienen por objetivo identificar estos diferentes mapas de los que muchas veces no somos conscientes y distribuir de nueva forma el movimiento físico por la ciudad y nuestras experiencias, en realidad, crear nuevos mapas. En el paseo psicogeográfico la ciudad se convierte en una base de datos por la que navegamos de diversas maneras seleccionando “datos” conforme a algoritmos nuevos. La base de datos es el concepto postmoderno ideal, ya que permite reagrupar sin limitación alguna los datos y combinarlos en fórmulas inesperadas. Si la ciudad es una base de datos, el paseo pasa a ser un software. El objetivo del paseo es ensayar un software determinado y observar a dónde nos lleva, qué veremos al desplazarnos, cómo se nos muestra la ciudad en un paseo de este tipo, qué historia y qué mapa genera. El grupo en torno al movimiento Social Fiction www.socialfiction.org y el artista holandés Wilfried Hou Je Bek se dedican a diversos algoritmos con el fin de pasear. La psicogeografía algorítmica no se propone únicamente el objetivo de buscar aspectos ocultos y extraños de las ciudades, sino también el de descubrir modelos y por ende la inteligencia en fenómenos aparentemente caóticos. A diferencia de la psicogeografía tradicional, estos experimentos urbanos no se interesan únicamente por las experiencias humanas y la creatividad sino que descubren formas inesperadas de inteligencia “inhumana” y modelos de una suerte de mundo diferente y desconocido. Luego la ciudad aparece como un ser complejo e inteligente cuya finalidad va más allá de las necesidades humanas. El algoritmo más simple para pasear es, por ejemplo, la regla conforme a la que caminamos por las calles de la ciudad doblando 2x a la izquqierda, 1x a la derecha, 1x a la izquierda. La finalidad es documentar este desplazamiento inusual, sea verbalmente, en forma de relato en el que describimos lo que sucedió, a quién encontramos o qué hicimos durante el caminar. Asimismo puede generarse una documentación visual que capte diferentes signos (arte callejero -streetart- o, meramente la publicidad) que establece entre ellos correlaciones visuales. La grabación de sonidos y el vídeo o, con creciente frecuencia, la tecnología GPS completan obviamente los paseos psicogeográficos, agregándoles una nueva dimensión. Entre otras cosas, nos dan la posibilidad de crear una interesante visualización que interprete nuestros movimientos por la ciudad en forma de diversos mapas y dibujos. El entrelazamiento del mundo virtual y del real, del mapa y del territorio, no tienen una dirección unívoca y todas las combinaciones y las interacciones creadoras quedan autorizadas. Ciudades voladoras En este contexto, el proyecto coreano de la “ciudad voladora” www.flyingcity.org es más bien de corte tradicional y se ocupa principalmente de la relación entre el mapa (o la visualización) y la utopía social. En este caso, la investigación psicogeográfica reintegra al espacio un contenido viviente y humano. El objetivo es transformar la ciudad de manera que desarrolle la interacción humana más que conceptos abstractos de urbanismo. El grupo de activistas y artistas de Corea del Sur concibe por lo tanto la psicogeografía como una forma urbanística original de arte comprometido. Por supuesto, rechazan el patetismo edificador y defienden, paradójicamente, el ideal de los procesos autopoéticos (del griego autopoesis‑= autocrearse, N. de la.Red.). Por este motivo resulta interesante la ironía encubierta y la fascinación por el constructivismo, observables principalmente en los dibujos (serie de diagramas Cheonggyecheon Constructivism, presentado en Praga y en las páginas web). Más que la sociedad perfecta, les interesa la sociedad abierta que se organiza por sí misma, donde los procesos se desarrollan desde abajo, sin objetivos previos fijados y sin limitaciones. El grupo es conocido tanto debido a su interés por las formas urbanas de la vida social contemporánea, como por sus intervenciones en el espacio público que graba en vídeo. Asimismo organizan talleres psicogeográficos, incluso en escuelas y parvularios, siendo el resultado de éstos últimos una colección de dibujos de niños. Todos conciernen el desplazamiento a la escuela o al parvulario y cada uno de los dibujos tiene su propio estilo visual, una perspectiva única y una manera de representación específica. Su principal interés es el dinamismo de la relación entre la urbe y sus habitantes, entre la arquitectura y los procesos sociales y otros. Una gran aportación es el énfasis en la capacidad de autorganizarse de todos aquellos sistema que conduzcan a nuevas estructuras alternativas que surgan fuera del impacto del “poder”. La arquitectura del lugar muchas veces determina el tipo de interacciones sociales y otras actividades humanas factibles en el espacio dado. Por supuesto, también es válida la afirmación contraria de que precisamente las interacciones y las actividades sociales de las personas son lo que en última instancia configura la arquitectura. Por este motivo, el grupo centra su interés en la arquitectura engendrada por relaciones sociales autopoéticas, como la que encuentran en el recinto del gran mercado Cheonggyecheon de Seúl. La cuestión de la relación entre el espacio y las actividades sociales de las personas no la solventan únicamente urbanistas y arquitectos, sino también, con creciente frecuencia, los artistas. En sus proyectos vinculan la ciudad, la arquitectura y el arte y buscan nuevas formas de interconectar el entorno “virtual” con el “real”, la utopía con la realidad, el mapa con el territorio. El objetivo es el de crear un espacio emergente que haga posible el máximo de cambios y procesos autopoéticos, en los que se vayan configurando tanto un nuevo tipo de subjetividad como también . Empero, este espacio autopoético no es meramente un concepto. Su potencial queda demostrado por los mundos virtuales de los juegos de ordenador que se configuran en base a la interacción propia de los jugadores que incluso puede ir en contra de las intenciones de los creadores y propietarios originales de los mismos; también lo demuestra la utopía psicogeográfica, fundamental para el proyecto coreano Drifting producers, relacionado con el mercado Cheonggyecheon. Autopoiesis contra urbanismo En este proyecto, por el momento el de mayor alcance, el grupo Flyingcity trata de salvar este gran mercado de Seúl, amenazado de ser arrasado debido a la modernización de la ciudad. Según los artistas, en este lugar se ha configurado algo como un mundo paralelo y alternativo con reglas y modelos de conducta propios, reprobados por la sociedad mayoritaria como economía gris. No obstante, para los artistas y los activistas es un islote de autopoiesis y de autoorganización, que las autoridades tratan de destruir mediante un nuevo plan urbano. Esto movilizó a los artistas a integrarse en la lucha desigual y tratar de salvar la economía alternativa y el sistema creado por este mercado. Proponen trasladar el mercado con su modelo económico a otro lugar. El mercado se encuentra bajo una gran autopista. El objetivo del proyecto de los artistas y activistas es trasladar este “ecosistema” a un estadio cercano. Como si cogiésemos el mercado de Praga y lo arrastráramos al gran estadio de Strahov. Para obtener el apoyo al proyecto, los artistas integraron en él la comunidad local de vendedores y productores del mercado, al igual que el público más amplio y crearon un gran modelo que explica el funcionamiento de la economía alternativa y del universo de este mercado mediante otras categorías que las simples oposiciones desorden y orden o legal e ilegal. El proyecto demuestra que la contradicción entre la gente y la ciudad, lo viviente y lo inanimado, lo natural y lo artificial no es lo más importante. Como en el caso de uno de los pensadores más conocidos de la ciudad, Lewis Mumford, más bien sería esencial la contradicción entre la idea de la llamada biotécnica y la megatécnica, entre el modelo orgánico de la tecnología y la ciudad que permite la diversidad y la autoorganización y el modelo jerárquico que hace hincapié en la cantidad y la linearidad. Posteriormente, Mumford desarrolló esta diferencia mediante los conceptos de politécnica y monotécnica, a saber, la dependencia y la dominancia de una sola tecnología, por ejemplo de los automóviles, de necesidad negativa y conducente no sólo a la limitación de la creatividad, sino incluso a la extinción. Insistir en una sola tecnología, técnica o forma de la ciudad puede alcanzar hasta formas monstruosas. En lo que Mumford denomina “las megamáquinas“ (megamachines), los hombres pasan a ser componentes de un conjunto monotécnico que tiene un solo objetivo, por ejemplo, la guerra. Mumford creía en la posibilidad de configurar una relación orgánica, diversificada, creadora entre las personas y las máquinas o las personas y la ciudad. El mundo alternativo del mercado de Seúl cumple en notable medida los criterios de la utopía de vínculos biotécnicos, híbridos y simbióticos que fomentan la diversidad. Está basado en trabajos de bricolaje y trabajos artesanales con metal y otros materiales considerados como desechos por la mayoría. Sin embargo, esta producción da ocupación a los estratos más pobres de la población, les brinda la posibilidad de sobrevivir y de integrarse gradualmente a la sociedad mayoritaria. Además, estos productos muchas veces son originales e interesantes desde el punto de vista artístico, independientemente de su asequibilidad para la parte pobre de la población. El mundo del mercado es un mundo aparte del oficialmente reconocido sistema económico y de urbanismo, pero cuenta con una gran ventaja merced a su organización autopoética, su dinamismo y su heterogeneidad. Motivo por el cual es bueno preservarlo y dotarlo de un espacio propio, como lo hacemos con los parques naturales o las especies animales amenazadas de extinción. La ciudad como organismo El atlas del medio ambiente cambiante “Un planeta, mucha gente” publicado a comienzos de junio de 2005 por el programa medioambiental de la ONU, contiene fascinantes fotografías de satélite que documenta el crecimiento incontrolado de las ciudades en los últimos treinta años. Las fotografías comparan la situación actual con las tomas de los mismos lugares hace varios decenios. El resultado pone en evidencia la devastación ecológica de la Tierra. Matices de color gris devoran en todas las fotografías el verde y otros colores. Se parecen a organismos monocelulares o bacterias peligrosas que amenazan el equilibrio cromático del ambiente ftp://na.unep.net/UNEP/OnePlanet ManyPeople/Screen_PDFs/Atlas_3-7-Urba_Screen.pdf. En efecto, podemos considerar las ciudades como un tipo complejo de organismo construido de acero y hormigón que necesita para su ulterior crecimiento y proliferación una gran cantidad de personas. La nueva forma de vida que representa queda muy por debajo de la utopía ecológica de una naturaleza limpia y perfecta. Por otra parte, presenta una evolución propia que no necesariamente debe ser antropocéntrica. La psicogeografía tal como la plantea el grupo surcoreano es una investigación de esta vida nueva, al igual que la psicogeografía algorítmica y otros proyectos artísticos ponen el énfasis en la idea de la autpoiesis, la biotécnica y conceptos afines.
01.03.2005
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