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Año 2005, 3
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Revista Umělec 2005/3

01.03.2005

Mirjam Struppek | video en espacio público | en cs de es

El grupo artístico de Dusseldorf [STRICTLY PUBLIC] desde el año 2000 se dedica a la transmisión del arte medial en los espacios de la ciudad. Como “pantalla” de proyección utiliza grades ”videoboards” públicos en las estaciones, paradas, plazas y cruces. A partir del 30 de enero al 29 de febrero del 2004 presentaron su trabajo en la pantalla LED más grande de Berlín, que está instalada en el movido cruce de la esquina Kurfürstendamm y Joachimsthaler Strasse. 10 videos de un minuto de [STRICTLY PUBLIC] y otros seis video de artistas internacionales constantemente interrumpían el programa normal de propaganda. Porque interesaba la atención del público, me solicitaron, que creara un formato e hiciera una encuesta entre los circundantes. Trabajé durante un tiempo en la galería de videoarte y ahora, egresada, como arquitecta urbana pasé del ”cubo blanco” de nuevo a mi ”territorio natal“. Tengo completa conciencia de que tendré que enfrentar a un público netamente diferente.

El grupo artístico de Dusseldorf [STRICTLY PUBLIC] desde el año 2000 se dedica a la transmisión del arte medial en los espacios de la ciudad. Como “pantalla” de proyección utiliza grandes ”videoboards” públicos en las estaciones, paradas, plazas y cruces. A partir del 30 de enero al 29 de febrero del 2004 presentaron su trabajo en la pantalla LED más grande de Berlín, que está instalada en el movido cruce en la esquina Kurfürsten-damm y Joachimsthaler Strasse. 10 videos de un minuto de [STRICTLY PUBLIC] y otros seis videos de artistas internacionales constantemente interrumpían el programa normal de propaganda. Porque interesaba la atención del público, me solicitaron, que creara un formato e hiciera una encuesta entre los circundantes. Trabajé durante un tiempo en la galería de videoarte y ahora, egresada, como arquitecta urbana pasé del ”cubo blanco” de nuevo a mi ”territorio natal“. Tengo completa conciencia de que tendré que enfrentar a un público netamente diferente.
¿Qué ocurrirá entonces, si se proyecta en la ciudad sobre una gran pantalla videoarte, en vez de propagandas, o noticias del día? ¿De qué se ocupa normalmente este grupo? [STRICTLY PUBLIC] concientemente interviene sobre los ya existentes videoboard y entra al programa normal de sus usuarios. Quieren ”doblegar las reglas de la comunicación comercial masiva, ampliar sus posibilidades y la manera de percepción”, como indica la página Web del grupo artístico. ¿Cómo exactamente influye en el espectador esta invasión al río visual de propaganda comercial? ¿Qué piensa la gente en las calles sobre este “nuevo” arte en lugares públicos?
En un lugar determinado anduve dos días. Hacía un poco de frío y la gente caminaba rápido con los hombros encogidos, como si quisieran defenderse contra el mundo externo, que continuamente se concentra en su propia atención. Como supuse, casi nadie quiso interrumpir su paso y dedicarle tiempo a mi interrogatorio. Posiblemente tenían miedo, suponían que era alguna estrategia de ventas, o alguna otra campaña de propaganda, que sólo quieren quitarle su valioso tiempo. Ni siquiera el hombre que al lado mío repartía folletos quiso responder mis preguntas ( ¿por el miedo de que alguien note que no está trabajando?) Noté que la gente, como por casualidad ve la pantalla, mientras espera en el cruce. Pero, ¿penetró el contenido del clip artístico más profundo a su conciencia, o su mirada percibió sólo el parpadeo de la luz? Me dirigí a las personas que esperaban en la parada. Tuve éxito, 35 de ellos respondieron a mis preguntas. Durante la espera del autobús fue para ellos una aceptable distracción, a pesar de que las propagandas que están en todos lados los ponen nerviosos. ¿Es entonces el arte una buena respuesta? La encuesta demostró claramente que pocos espectadores notaron el cambio en la pantalla. En realidad los videos de arte fueron percibidos de igual forma que la propaganda. Por otro lado, todos aceptaron la idea de esa forma de presentar el arte.
“¿Qué es arte?“ y sobre todo: “¿Qué es el videoarte?“ me preguntaron muchos. Pocos dijeron ”a mi no me interesa el arte”. ¿O se trató sólo de cortesía? De todos modos ya sólo la idea de que en las pantallas se proyecte en vez de propaganda noticias de video arte, provocó simpatía. Aún, cuando la mayoría de los espectadores no tenían ni idea sobre la importancia del arte en la pantalla.
¿Desean entonces el arte los espectadores, o es sólo otra manera corta de entretenerse? ¿Funciona este concepto? Me dio la impresión que, al fin de cuentas, pocos estarían de acuerdo con que el arte, en su rutina diaria pueda parar o interrumpir sus labores cotidianas. Aquellos que apoyaron la idea del arte en las pantallas comerciales seguramente al final terminarán enojándose con el arte en las calles por los graffiti, que cubren igual área estéril de las áreas comerciales urbanas.
Vivimos en una época en que el arte es percibido como algo necesario, pero no queda claro qué es arte, dónde lo encontramos, quién paga por él, y cual es la diferencia entre diversión y tiempo libre. ¿Puede el arte legal y oficialmente entrar al ambiente de la esfera comercial de nuestras ciudades? ¿O es posible “realmente” llevar el arte a espacios públicos sin que sea entendido como diversión, y sin que sea captado como algo ilegal?. No es tan fácil, porque la propaganda misma utiliza en su lucha por la atención de las personas la estrategia “artística”. Este después se entrena en el arte selectivo de la percepción, para sobrevivir en las complejas metrópolis...
Otro tema: ¿No se encuentra el arte en un lugar como este, necesaria e inevitablemente, sobreexpuesto, o hasta de forma consciente se deja explotar de esta manera? Si aplicamos la crítica al determinismo de la tecnología, el interrogatorio aclara que el poder de las pantallas LED es tan fuerte, en relación a la propaganda, en una escala qué influye el comportamiento consciente del espectador no influido anteriormente.
Si el arte trata de usar este medio, fuertemente reconcido que en sí ya esconde una clara asociación con el contenido comercial, automáticamente no apoya la función inicial de la pantalla. ¿No la fortifica con atraer nuevamente la atención a este medio, por medio de videoarte? Así la crítica podría nuevamente establecer enlaces con el mundo comercial y con ayuda de las nuevas estrategias, obtener nuevamente la atención del aburrido público por la propaganda. Llamando la atención con “bombones de arte“.
Entonces, si el artista quiere ampliar la función limitada de las pantallas (para así cambiar el medio), está obligado a reflexionar sobre la forma de como usar la pantalla. Me parece especialmente importante establecer la función estable y bien definida de la pantalla. También el contenido debe estar claramente limitado, principalmente en relación a la estructura del poder del medio comercial, para que pueda originarse un nuevo espacio, que les abriría a los ciudadnos una forma alternativa de visión, lejos de los sistemas mediales de dominación.
No le reprocho a [STRICTLY PUBLIC], que su esfuerzo por doblegar la costumbre general de concebir los medios visuales, hasta cierta forma fue un fracaso. Es difícil luchar contra el predominio del comercio en la saturada esfera visual del espacio público. Y más complicado es implementar algo extraordinario, y al mismo tiempo ser observado por el público, al que el arte quizás no le interese mucho.
Otros ejemplos: Existen maneras más fáciles, de como aproximar al nuevo público el videoarte en espacios abiertos. Los graffitis utilizan el contexto normal de la calle con su equipamiento y fachada, y lo transcriben temporalmente. El grupo de film Caos, de Bremen, organizó durante el festival de arte medial ”Radical connector(s) 01” en octubre del 2004 una proyección de intervención en espacios públicos en el centro de Výmaru. Con la proyección de materiales fílmicos sobre la fachada histórica de la plaza de Herder, lograron efectos visuales inesperados. Lo impresionante fue que muchos turistas expresaron su simpatía, sin que se asustaran por la confrontación política o por el contenido de la proyección. Y nuevamente se demostró, que es difícil provocar por medio de videoarte.
Durante el encuentro mundial contra el uso de videos para el cuidado de los espacios públicos, en septiembre del 2001, un grupo de filmadores fundó, en colaboración con City Crime Control, de Bremen, un proyecto ”TV CONTROL“. Por medio de las proyecciones preformativa, lograron que el espacio público se convirtiera en un lugar de discusión e intercambio crítico de ideas. Transformaron el barrio en “un televisor de pasillo“. En diferentes lugares colocaron televisores móviles o proyectores de video y atrajeron a los transeuntes locales a “ver televisión” en multitud. A disposición de esta actividad se pusieron muchos medios, por ejemplo, un cine móvil con videos o con televisores sobre carritos o en cajuelas de autos, la electricidad fue conectada en la tienda más cercana, los monitores colocados en las vitrinas, además de ser transmitido por radio. El público llegaba con grabadoras sobre el hombro. De un minibús de proyección podíamos así cubrir hasta cien metros de la calle Flaniermeile en Bremen. Al mismo tiempo se publicó una revista con el programa de televisión, que informaba a los espectadores sobre los temas. La tecnología de custodia a través de cámaras de video, rápidamente colaboró en el proceso de comunicación directa con el público, que facilitó la discusión crítica sobre el uso de los espacios públicos de la ciudad.
¿Qué punto de salida y estrategia nos ayudaría a comandar efectivamente la comercialización visual de los espacios públicos? Comencemos nuevamente a entender el espacio público como medio de comunicación con la misma ciudad, tratemos de comprender las contradicciones que se originan durante este proceso. A mi entender, es necesario de nuevo comenzar a percibir el arte en los espacios públicos. A nuestra sociedad continuamente mediatizada, se le debe incorporar una cultura de reflexión crítica, para que en los espacios urbanos se origine una oposición a la supremacía de la visión comercial.
Mirjam Struppek vive en Berlín, trabaja como urbanista por cuenta propia e investiga el espacio público y la forma en que se apoderan de él los nuevos medios. El Institute of Network Cultures le concedió actualmente un trabajo en Ámsterdam y está preparando una conferencia en el tema “El Potencial de las Grandes Pantallas de Video para la sociedad urbana” que se llevaría a cabo en septiembre del 2005.




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