Revista Umělec 2007/4 >> El parlamento INVISIBLE | Lista de todas las ediciones | ||||||||||||
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El parlamento INVISIBLERevista Umělec 2007/401.04.2007 Ivan Mečl | Entrevista | en cs de es |
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''KEIN MENSCH KAPIERT, WAS DAS EUROPARLAMENT IS'', Robert Birnbaum
A principios de los años noventa, el filósofo Mirek Vodrážka insinuaba en sus textos, e inspirado por Lao Tse, que el mejor gobierno es aquel cuyo ciudadano no sabe que lo tiene. Quizá ni siquiera se imaginaba lo cerca que estaba el tiempo en que esta idea suya se cumpliría. El Parlamento Europeo realmente es algo de lo que no sabemos. Conozco solo a unas pocas personas que lo han visto por dentro. Pero estoy seguro de que a la mayoría de los demás se les puede hacer creer que los diputados trabajan en las catacumbas de Bruselas y que el edificio de arriba solo es un enorme aparcamiento. Solo el creador sabe lo que es el Bien y lo que es el Mal, como decía Nietzsche. En Bruselas seguramente saben lo que hacen. Todo aquello de lo que nos enteramos nosotros son desinformaciones. Eso no significa que se trate de una adulteración mediática dirigida. Las mejores desinformaciones son las que no hace falta crear. Vienen de la aversión de los periodistas a penetrar en una problemática complicada y de la incomprensión del mensaje de la fuente, codificado en el newspeak proeuropeo. Un mensaje muy largo. Un grupo de fotógrafos descubrió hace poco, sin querer, que en el Parlamento Europeo casi no hay nadie, y que el resto es un pueblo Potemkin, un decorado. Una institución inexistente, o una institución que solo genera la apariencia de actividad, es de hecho el mayor don de la democracia. Su actividad no afecta a nadie, así que todos la aman. El Parlamento Europeo es una especie de encarnación literal de la Unión Europea, porque ahí cada Estado tiene su entidad y por eso gusta a todos. Fíjense con qué satisfacción nuestros máximos representantes vuelven de las reuniones en la central europea y, sin siquiera saber lenguas extranjeras, declaran cuántas ventajas trataron por nosotros con las demás delegaciones. Un loco les creería, pero si la cosa no ha de ir a peor, que sigan dándose palmadas en la espalda por mucho tiempo. Pero volvamos a cómo la terrible noticia sobre nuestro Parlamento fue descubierta. El Instituto Goethe y un grupo de curadores divertidamente desorientados, Thomas Huber y Jörg Koopman, invitaron a Bruselas a varios artistas y fotógrafos para que nos presentaran qué era el Parlamento Europeo. La clave para la elección de los artistas, mejor que siga para siempre oculta; Sin embargo, intuyo que se dirigieron a galeristas que luego escogieron de su cuadra a los artistas menos ocupados. Los resultados, de momento, solo han sido expuestos en el ámbito del parlamento mencionado, así que casi no se sabe nada del proyecto. A mí me empezó a interesar después de oír a los eurohistoriadores Lukáš Jasanský y Martin Polák, una pareja de artistas sarcásticos que podría fundar una televisión para el entretenimiento de los intelectuales más disgustados y escépticos. Emitiría en blanco y negro, llena de defectos, y como siempre, los que mejor se lo pasarían serían ellos dos. A continuación presentamos un fragmento de la entrevista que celebramos recientemente: La mayoría de las fotografías son solo de interiores. ¿A qué se debe? Cuando llegamos, nos dijeron que solo podíamos tomar fotos interiores. Por lo visto, la licencia para fotografiar el edificio del parlamento la tiene el arquitecto. Todas las fotografías deben pasar por su autorización. Pero un fotógrafo no se dejó disuadir. Fotografió el edificio, pero desde tal distancia y en tal composición que no ocupaba ni la mitad de la superficie de la fotografía. Qué raro. No se puede poner una condición así. Quién sabe. El edificio es muy grande y muy feo, así que se ve desde todas partes. Quizá el arquitecto no quiera que la gente se entere y permite fotografías solo desde ciertos ángulos soportables. Pero aparte de eso, el edificio responde absolutamente a lo que representa. En sus fotografías no hay gente. Eso por supuesto en su caso es frecuente. Pero en la mayoría de fotografías de los demás autores tampoco. Y ahí donde aparece gente, parece haber sido colocada. Porque el parlamento cambia constantemente, así que a menudo está vacío. Los diputados de repente se reúnen, sus asistentes les recogen todo, lo meten en camiones y se van a Estrasburgo o a Luxemburgo. Nosotros estábamos ahí en la época en que no había casi nadie. Solo los técnicos de mantenimiento y unos pocos empleados. De hecho ahí no hay absolutamente nada que fotografiar. Casi no hay nada y lo que hay tiene el mismo aspecto que en todos los edificios administrativos. Solo que más grande. Y algunos autores realmente colocaron a la gente. La circulación de personas ahí es desmedidamente civil, gris. Un artista incluso lo exageró y colocó a la gente en diferentes posturas tragicómicas. ¿No es solo una institución ficticia? ¿Un gran recipiente vacío? En el edificio constantemente están arreglando o reparando algo. Los técnicos estiran cables, abren techos y horadan suelos y paredes. Pasillos largos, salas de reuniones pequeñas, medianas y grandes. Iluminadas y oscurecidas. Muchas oficinas. Salas con mucha tecnología sin usar. Unos estudios de televisión abandonados. Nunca los vimos en marcha. Hay mucho equipamiento que no se utiliza. Y la gente solo está para mantenerlo siempre a punto. En apariencia. No sabemos si realmente funciona. Pero finalmente decidieron fotografiar arte. Era lo más abandonado que encontramos. Mientras vagábamos por allí, empezamos a encontrar arte en diferentes esquinas. En lugares increíbles. Una selección extraña de estilos y formas. Desde estatuas proeuropeas contratadas y relieves, hasta espantosas muestras de informal. Averiguamos qué es lo que une a Europa. El arte malo. El arte malo es igual en todas partes. Por eso seguramente esté representado en el parlamento. Nos decidimos por él. ¿Qué les pareció a los curadores y a la institución el resultado de su trabajo? Creemos que no les gustó mucho. Costó muchísmo trabajo que aceptaran nuestra selección de fotografías. Para la exposición ya no nos invitaron. Nos enviaron el catálogo. Sorprendentemente, el catálogo mencionado fue la mayor aportación de la exposición, porque contiene un excelente artículo de un redactor del alemán Tagesspiegel. En él desarrolla entre otras cosas su propia teoría parlamentaria universal. La democracia en la práctica es la forma de gobierno más abstracta e incomprensible. Quien no se lo crea, que haga una prueba. Primero visite algún castillo e imagínese cómo en su tiempo gobernaba ahí el rey Otakar. No es difícil, ¿verdad? El rey, un par de consejeros, quizá alguna eminencia gris al fondo; las estructuras personales y de decisión de la monarquía son manejables. Luego únase al típico grupo de turistas en la visita del Reichstag de Berlín, Sejm de Varsovia, las Cortes Generales de Madrid. En los rostros de los visitantes se puede observar primero una alegre expectación, que se convierte gradualmente en una leve confusión. Claro, han visto las salas de actos con muchas sillas y un atril. Pero ya hace falta responder a la pregunta de por qué en el Reichstag de Berlín la mayoría de los debates transcurre ante una sala casi vacía; es complicado, está relacionado con el número de semanas de sesión, con el modelo de las leyes, con la diferencia entre el parlamento de debate y el de trabajo, y con las obligaciones de residencia de los diputados de los distritos electorales, para nombrar solo los motivos más importantes. Y las respuestas a estas preguntas aparentemente sencillas llevan tan hasta el submundo de la institución que las pueden seguir solo los entusiastas políticamente informados. Todos los demás se tienen que contentar con la sospecha privada de que las explicaciones están sacadas de la manga y que los diputados son unos holgazanes. Finalmente, él también se asusta de su crítica y en las últimas frases da una oportunidad al Parlamento Europeo. Como artefacto y objeto de interés... Inicié la correspondencia con los curadores del proyecto preguntando por el grado de sufrimiento de los artistas durante la colaboración con una idea tan insensata como la captación artística de un parlamento. La respuesta fue un grito: “¿Pero quién valorará nuestro sufrimiento?”, en fin. Mejor no buscar las cosquillas. El Goethe Institut, consciente del hecho, trillado ya por nosotros, de que nadie sabe nada del Parlamento Europeo, quiso ilustrar con las fotografías artísticas el trabajo del “único órgano directamente elegido de la Unión Europea”. La cuestión es si los alemanes con ello querían complacer al parlamento o vengarse de él. El resultado de la inversión es comparable a la búsqueda infructuosa de la esfera negra de Meyrink. La materialización del vacío. Los artistas pueden empeñarse en sacar algo del parlamento. La institución no carga con la culpa de su fracaso. Esperemos que solo el Goethe Institut sea el responsable de la conspiración y que el grado de oportunismo de los curadores fuera mínimo. El resultado puede ser presentado como una picardía de despacho.
01.04.2007
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04.02.2020 10:17
Letošní 50. ročník Art Basel přilákal celkem 93 000 návštěvníků a sběratelů z 80 zemí světa. 290 prémiových galerií představilo umělecká díla od počátku 20. století až po současnost. Hlavní sektor přehlídky, tradičně v prvním patře výstavního prostoru, představil 232 předních galerií z celého světa nabízející umění nejvyšší kvality. Veletrh ukázal vzestupný trend prodeje prostřednictvím galerií jak soukromým sbírkám, tak i institucím. Kromě hlavního veletrhu stály za návštěvu i ty přidružené: Volta, Liste a Photo Basel, k tomu doprovodné programy a výstavy v místních institucích, které kvalitou daleko přesahují hranice města tj. Kunsthalle Basel, Kunstmuseum, Tinguely muzeum nebo Fondation Beyeler.
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